jueves, 21 de junio de 2012


Enfermedad tiroidea y el arsénico en el agua

Desde que salió a la luz que el agua potable de Chivilcoy contiene arsénico, muchos vecinos han asociado a la contaminación del agua potable con las enfermedades que pueden padecer los habitantes de la región, como el mal funcionamiento de la glándula tiroides, si bien el problema del arsénico en el agua no es nuevo, los especialistas consultados por LA RAZON aclararon que es poco probable ya que no existen datos que lo confirmen y porque Chivilcoy no es una zona endémica, ya que aquí no existe insuficiencia de ingesta de yodo, el cual se incorpora en el organismo a través de la sal de mesa o del agua.

De acuerdo a este supuesto, y lo que se ha venido estudiando para relacionar el agua que bebemos con enfermedades del sistema endocrino, todavía no existe nada comprobado que indique tal connotación ya que no se han realizado estudios pertinentes en la zona que lo comprueben.
De acuerdo a las consultas realizadas por LA RAZON a los especialistas en endocrinología de nuestra ciudad, éstos han considerado que si bien ha aparecido un mayor número de casos de pacientes con enfermedad tiroidea, nada indicaría que la causa de tal aumento sea el agua potable.
Por otra parte los médicos endocrinólogos encuestados coinciden en que Chivilcoy no se encuentra en las zonas denominadas endémicas.
Considerando que en nuestra ciudad son muchas las personas que declaran ser tratadas por trastornos en la glándula tiroides, la Doctora Judit Laurelli, no encontró ninguna asociación entre enfermedad tiroidea y el agua potable, según explicó, durante los últimos años los endocrinólogos fueron perfeccionándose y al tener más en cuenta a la enfermedad tiroidea, los casos aumentan en número porque se dan a conocer.
'A partir de ahora, los estudios de tiroides se solicitan en casi todas las especialidades, desde los psiquiatras hasta los cardiólogos, de manera que hoy en día, la enfermedad se descubre mucho antes y por ende aumenta el número de pacientes diagnosticados con problemas de tiroides.
'Quizás por haber más prevalencia de la enfermedad, la gente se lo adjudica al problema del agua, pero no me consta que así sea', añadió la endocrinóloga.

Si bien se ha demostrado que los niveles de arsénico que aparecen en los estudios, no son aceptables para el consumo humano, el doctor Guillermo Deuzeide sostuvo que le resulta poco probable que este tipo de contaminación afecte la glándula tiroides porque nos encontramos es una zona rica en yodo, 'el problema de la tiroides no tiene que ver con el arsénico sino con el yodo'.
Por su parte, el especialista explicó que esta zona presenta yodo suficiente y añadió que en la Argentina, por ley nacional contamos con el aporte de yodo en la sal de mesa.

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